Presentación: EL OTRO.




Luis parece de 57 años. Él viste ropa cómoda para su trabajo, que es estar sentado todo el día. Es informal, sobrio, no

descuidado pero sí relajado, capaz podría pasar por ropa de entre casa. Tiene un rostro peculiar, especialmente por su

barba canosa y la malformación en el ojo dada por la extracción de un tumor en esa parte. 


Imaginamos que le gusta escuchar boleros clásicos, chacarera y la cumbia chilena. Creemos que le puede gustar comer empanadas chilenas, humitas o otras comidas típicas de su país natal; Chile. También asado.


Luis es muy amable, afectuoso, cálido, se preocupa por los demás y se nota que su familia es lo más importante para él. Luis es de esas personas que te esperan con unos mates caliente listos para contar anécdotas de pequeño, o para escucharte de una forma genuina y tierna. 


Luis es como la madera recién escofinada, 

como el color verde

el olor a aserrín 

como las canciones El anillo del capitán Beto o El Cuarto de Tula

a los días donde el cielo está nublado y hace calor

Luis es como un domingo por la tarde 

lo encontramos en el campo, y en la montaña, 

o tal vez en las tiendas de ropa de Salomon. 


Dentro de 15 años Luis estará jubilado, le dedicará su tiempo a dibujar y construir colectivos y barcos de madera. También arreglará y mantendrá pulcra la habitación donde produce y conserva toda las piezas; su taller con una memoria y precisión sobre cada pieza digna de envidiar. 


Un retrato de el podría estar situado en un taller rústico. El fondo sería de madera, quizá construido por él, con irregularidades a la vista pero que sin duda transmite una calidez y familiaridad. 







 

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